Para entender bien los préstamos es inevitable saber que tipos de intereses te pueden aplicar y cuales te benefician más. Así que empecemos por entender la diferencia entre intereses simples y compuestos, para que así cojas el que te resulta más interesante.

¿Qué es un interés simple y uno compuesto?

1. Préstamos con interés simple.

Son aquellos en los que cada vez que se aplican los intereses se cobran. La forma classica de aplicar el interés simple es hacerlo a través de un prestamo monocapitalizado es decir, que se hace un pago único de todos los intereses al finalizar el contrato.

Por ejemplo te dejan 1.000 € a devolver en 5 años con un interés anual simple del 50%. Tras cinco años se devuelve el interés más el capital, en total 3500 €, 1000 € del capital inicial y 2500 € de los intereses creados cada año (500 € por año). La principal diferencia con el interés compuesto es que nunca hay intereses sobre los intereses.

Otra forma de gestionar los intereses simples es hacerlo de forma periodica. De forma que cada vez que se cumple el periodo al que hace referencia el interés, este se paga al agente que ha puesto el capital en prestamos. Es decir que si el banco te ha prestado a ti el dinero, tu le pagas los intereses anuales, sin necesidad de que devuelvas el capital. Mientras que si eres tú el que has prestado el dinero al banco ellos te abonan los intereses generados durante ese año, pero retienen el capital hasta el final del contrato. Matematicamente es un interés simple, pues en todo momento estos se aplican sobre el capital inicial, aunque también hay quien consideran que esto no es un interés simple, sino un modelo híbrido.

Por ejemplo, te dejan 1.000 € a devolver en 5 años, con un interés anual simple del 50%. Cada año hay que pagar 500 € de intereses y se siguen debiendo los 1.000 €. Cuando se llega al último año se debe pagar el interés de 500 €, más 1000 € de devolución del capital. Como puedes observar se paga siempre la misma cantidad, porque el interés está referido al capital que se pidió en su día. Los intereses totales que ha abonado son 5 x 500 € = 2.500 €

2. Préstamos con interés compuesto.

Son aquellos préstamos en el que no se devuelven ni un céntimo de dinero hasta el final. Por ello las deudas se amontonan hasta el último momento y crecen rápido. Si se piden 1.000 € a devolver en 5 años con un interés anula compuesto del 50%, entonces al final se cobrarían más de 7.000 €, exactamente 7.593€. De ellos 1.000 € corresponden al capital y los 6.593,75 € son intereses. Como puedes ver son un muchos más que con el primer método.

La conclusión es clara, los préstamos con interés simple son los mejores si la tasa de interés es equivalente. Segun el acuerdo al que se llegue pueden tener el inconveniente que tienes que pagar los intereses cada vez que se cierra el ciclo (año a año, mes a mes..). El interés compuesto hace que tu deuda sea cada vez más grande, pero es más probable que la tasa de interés sea más baja, compensando el factor anterior.

Escoger entre uno de los dos tipos de intereses depende en gran medida del motivo por el que solicita el crédito y de tus posibilidades de devolverlo.